“Estropee algunos integrados al amargarme por comprender las cosas que había perdido en pos de esta insensata aventura de convertirme en un ingenio electro-mecánico, pero hacía lo correcto luchando por los humanos. Los “simbiontes”, como les decíamos a los invasores, tenían algunas debilidades y dentro de esta forma robótica, estaba capacitado para hacerles frente y derrotarlos. Esto sucedió en un par de meses. Todos recuerdan como fui destruyendo de a poco sus fuentes de alimentación, atacándolos por sorpresa en donde fuera, recuperando la atmósfera del co2 que respiraban, hasta llegar a la Batalla de la Llanura cuando enfrenté varias grandes unidades “Plot” sin retroceder y dejándolas destruidas. Pero ahora que había paz, solo quería volver a mi apariencia humana y poder saborear nuevamente un alimento, beber un refresco o amar una bella dama, algo que recordaba como muy grato. La lucha había estado bien, todos reconocían eso y hasta me propusieron como monarca, lo que negué rotundamente. Pero ahora estaba harto de parecer un fenómeno y solo necesitaba volver a ser humano. Pasaba largas horas escuchando la música de antes, cuando podía emocionarme y hasta ejecutarla con sentimientos, mucho menos perfecta pero nada mecánica. En fin, estaba comprendiendo que jamás regresaría”
Eduardo Leira dijo en 200 palabras el 09/12/07
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