jueves, 27 de agosto de 2009

GOLONDRINAS

Desde mis años de escolar, en estos días del año cuando el frío parece finalmente derrotado, puedo evocar al Maestro Milano de pie en el salón, entre aquellos bancos de madera decorados con mil dibujos de tallado transgresor, aplaudiendo mientras decía:

--"¡Niños, niños... !"--para atraer nuestra atención. Una vez lograda, se complacía en mejorarla mostrándonos nuestra siguiente tarea. Ésta era decorar el salón, cubriendo con celofán en colores las ventanas y colocando motivos relacionados con La Primavera, como golondrinas recortadas, flores pintadas y complacientes nubes de colores extraños y formas poco naturales, colocadas bajo un sol más veraniego que otra cosa. Pero este ritual, durante algunos días de setiembre, lo cumplimos año tras año... Diría que el tiempo suficiente para incorporar la idea del cambio equinoccial. Tras aquellos días, ya hombres, la vida nos llevó por caminos diferentes y nos hizo añorar los buenos años escolares. Pero casi nunca recordamos lo que ahora evoco con nostalgia y cariño por quienes estuvimos allá. Este año, hemos visto llegar a las oscuras magas de Bécquer tan temprano como la segunda semana de agosto. Y ahora revolotean, completamente integradas al paisaje, como siempre lo hicieron en nuestra memoria, ayudándonos a comprender.

eduleira dijo en 200 palabras el 27/8/09